junio 28, 2018
Comentario editorial. . .
vol. 19, Número 2, Mayo/Junio/Julio/Agosto 2018 Edición No. 75
Como todos sabemos, el título de la publicación oficial de la Iglesia Remanente es Los tiempos acelerados. Ese título deriva
su nombre de varias referencias en Doctrina y Convenios. La primera referencia proviene de la primera revelación.
dado a la iglesia por Frederick M. Smith en la sección 132:3a-b: “Advierto a la iglesia, y particularmente a aquellos
del sacerdocio, que estando sobre nosotros el tiempo acelerado, es de gran necesidad confiar en los hombres de
la iglesia escogida para puestos de gran responsabilidad, y todos deben consagrar sus talentos, habilidades y
sustancia para la prosecución de la gran obra que se nos ha encomendado”. Buen consejo para nosotros hoy, incluso más de 100
años después.
Casi 10 años después, el presidente Smith aconsejaría a la iglesia en la sección 135:2b-c: “El tiempo acelerado es
aquí y mayor unidad que nunca es necesaria si las fuerzas de la oposición han de ser enfrentadas; y tal unidad
prevalecerá si los que poseen el sacerdocio recuerdan su comisión de predicar el evangelio, y cada
oficial se esforzará por cumplir con su propio deber y magnificar su llamado”. Una vez más, el presidente Smith está transmitiendo una
grado de urgencia para que la iglesia establezca la causa de Sión, en la que él creía tan firmemente.
Además, después del fallecimiento del presidente Frederick M. Smith en 1946, su hermano, Israel A. Smith, tomó su lugar como
Presidente/Profeta de la Iglesia Reorganizada. Dos años más tarde, trajo guía reveladora a la iglesia.
en la sección 141:5: “El tiempo acelerado está sobre nosotros; el período hasta la próxima Conferencia General, como ya
provisto, debe ser uno de preparación inusual para mi iglesia como organización, para mi gente, y especialmente
por mi sacerdocio…”; otra expresión de la importancia de la obra con que hemos sido llamados.
El término “apresurarse” implica una función de tiempo y puede describirse con otras palabras o frases tales como – apresúrense,
apúrate, ve rápido, acelera, muévete más rápido, ve rápido, anímate, etc. Debería ser obvio que, para nosotros hoy, somos
en ese viaje hacia una meta específica de construir el reino de Dios en la tierra. Tenemos una visión de ese reino,
y Dios nos está guiando por ese camino. Qué tan rápido podemos avanzar en ese camino depende de cada uno de nosotros individualmente.
Sin embargo, como se puede ver al leer nuestra publicación, Los tiempos acelerados, nosotros como iglesia estamos avanzando en
un buen ritmo ¿Podemos acelerar? moverse más rápido hacia esa meta de una condición de justicia que precipitará
el regreso de nuestro Señor para reclamar lo suyo? ¡Creo que podemos!
Federico N. Larsen,
Para la Primera Presidencia
Publicado en Editoriales
