Editorial Número 76

COMENTARIO EDITORIAL

Por el presidente Frederick N. Larsen

Volumen 19, Número 3, Sep/Oct/Nov/Dic 2018 Edición No. 76

Al acercarnos al cierre del año 2018, es un placer para nosotros presentar esta edición de Los tiempos acelerados para su lectura. Además de los cuatro artículos generales escritos por nuestros miembros, cabe señalar que los informes de nuestros quórumes, órdenes, consejos y departamentos reflejan el ministerio de la Iglesia Remanente durante el último trimestre. Las notas de las congregaciones del Centro de Sion, el Distrito Sur Central y las sucursales periféricas son indicativas de nuestro crecimiento y avance hacia la construcción del reino. Una característica reciente es el informe de Bountiful, un
comunidad en Sión.

Con respecto a nuestros pensamientos temáticos para el próximo año (2019), consideraremos el pensamiento de "Avanzar hacia Sión". También habrá temas mensuales que acompañarán a este tema general para enfocar nuestra adoración y estudio.

Esperamos con ansias los próximos meses de octubre, noviembre y diciembre después de las ajetreadas actividades veraniegas de reuniones y vacaciones, en particular el Día de Acción de Gracias y la temporada de vacaciones de fin de año.

Dos pensamientos vienen a la mente:

Un pensamiento es que es un momento para reflexionar sobre nuestras bendiciones de cada día y la reunión de familiares y amigos para el Día de Acción de Gracias. Me acuerdo de un dicho favorito mío: “Cuenta tus bendiciones, nómbralas una por una; cuenta tus bendiciones, mira lo que Dios ha hecho.” Dediquemos verdaderamente tiempo a reflexionar sobre las cosas buenas que nuestro Señor ha hecho por nosotros y estemos preparados para testificar de ello. Es un momento para estar verdaderamente agradecido: compartir una expresión de gratitud por algo recibido o hecho por uno. Como hablan las palabras de la Doxología, “Alabado sea Dios de quien fluyen todas las bendiciones”.

El segundo pensamiento tiene que ver con el dicho, “Jesús es la razón de la temporada”. Por trivial que sea ese dicho, la temporada navideña enfoca nuestros pensamientos en el nacimiento del Príncipe de la Paz. Renunciemos a la comercialización que rodea a esta festividad y encontremos tiempo adicional para considerar, no solo el nacimiento del Salvador de la humanidad, sino también su sacrificio expiatorio y su gloriosa resurrección.

Que la Paz y la Alegría de nuestro Padre Celestial esté con ustedes ahora y siempre.

Amén.

Federico N. Larsen,
Para la Primera Presidencia

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