SECCIÓN 84

SECCIÓN 84
Exposición inspirada de la parábola del trigo y la cizaña recibida por José Smith, hijo, el 6 de diciembre de 1832 en Kirtland, Ohio.

1a De cierto, así os dice el Señor, siervos míos, acerca de la parábola del trigo y de la cizaña:
1b He aquí, de cierto os digo que el campo era el mundo, y los apóstoles eran los sembradores de la semilla;
1c y después que se han dormido, el gran perseguidor de la iglesia, el apóstata, la ramera, sí, Babilonia, que hace beber de su copa a todas las naciones, en cuyos corazones el enemigo, sí, Satanás, se sienta para reinar;
He aquí, él siembra la cizaña, por lo que la cizaña ahoga el trigo y conduce a la iglesia al desierto.

2a Pero, he aquí, en los últimos días, aun ahora, mientras el Señor comienza a dar a luz la palabra, y la hoja brota y aún está tierna, he aquí, de cierto os digo:
2b Los ángeles están clamando al Señor día y noche, quienes están listos y esperando ser enviados para segar los campos; pero el Señor les dijo:
2c No arranquen la cizaña mientras la hoja aún está tierna (porque en verdad su fe es débil), no sea que destruyan también el trigo; por tanto, dejen que el trigo y la cizaña crezcan juntos hasta que la cosecha esté completamente madura;
2d entonces primero recogeréis el trigo de entre la cizaña, y después de la recogida del trigo, he aquí, y he aquí, la cizaña está atada en manojos, y el campo queda para ser quemado.

3a Por tanto, así os dice el Señor a vosotros, con quienes el sacerdocio ha continuado por el linaje de vuestros padres, pues sois legítimos herederos, según la carne, y habéis sido escondidos del mundo con Cristo en Dios:
3b por lo tanto, vuestra vida y el sacerdocio han permanecido, y es necesario que permanezcan, a través de vosotros y de vuestro linaje, hasta la restauración de todas las cosas dichas por boca de todos los santos profetas desde el principio del mundo.
4 Por tanto, bienaventurados seréis si permanecéis en mi bondad, luz para los gentiles, y por medio de este sacerdocio, olor para mi pueblo Israel. El Señor lo ha dicho. Amén.